Tipos de asadores

Para no quedar mal con los amigos, la familia ni contigo mismo, debes tener en cuenta el tipo de asador que te ayudará a preparar el mejor corte que traerás a casa para la parrillada dominguera.

Por eso mismo te mostramos ahora las opciones con las que puede uno lucirse, dependiendo del tipo de terminación que se le quiera dar a la carne.

Recuerda que el tamaño del asador sí importa… Para cuando se quieran cocinar grandes cantidades, claro.

Antes de entrar a los tipos de parrillas, hay que tener en cuenta, y es de suma importancia, el tipo de fierro sobre el que se colocarán las carnes. También va de por medio el modo en que encenderemos el fuego. Ya sea con carbón, leña, gas o, en su último debido caso, eléctricamente.

El fierro varía entre redondo y en “V”.

  • Redondo

Permite que la grasa y los líquidos de la carne vayan cayendo a las brasas durante la cocción.

Estimula el ahumado gracias a dicha combustión.

  • En “V”

Por su forma angulada logra atrapar gran parte de los líquidos de cocción antes de que caigan a las brasas.

Deben tener cierta inclinación para un mayor y mejor funcionamiento.

Gracias a ello, el carbón o la leña durará más tiempo.

Las parrillas pueden variar, siendo éstas de:

Pie:

  • Parrilla abierta:

El fierro es en “V”.

El calor se puede regular subiendo y bajando el nivel de la parrilla (alto, medio, bajo).

Algunos cuentan con el ataúd, usando el calor de arriba hacia abajo, un estilo de horno debajo de la parrilla (para cortes más gruesos).

Se trabajan muy bien las arracheras, diezmillos, picañas, etcétera (cortes más delgados).

  • El medio tambor:

Lo importante es estar cómodos al momento de cocinar.

El medio tambor, o también conocido como Pancho del Sur, es una muy buena opción.

Nos permite hacer brasas en un lugar despejado y lejos de otras superficies que podrían llegar a dañarse.

Su altura también es de gran importancia (un metro o más de altura). Ya que el parrillero no tiene que estarse agachando para darle vuelta a los cortes.

Nunca falla.

  • Kettle con tapa:

Parrilla redonda al carbón.

Usada para cortes más gruesos.

Es una herramienta costosa, pero es un lujo cocinar en estas, haciendo de la inversión un manjar para todos los paladares.

Hecha con materiales firmes y con excelente aislación, sin riesgo de accidentes.

Su diseño incluye tapa y termostato para tener un mayor control de la cocción.

El resultado nos da una carne muy blanda y con acento ahumado.

Fijas:

Las tradicionales parrillas que se encuentran en nuestros patios o jardines para las parrilladas en conjunto.

Brindan espacios más grandes para colocar ingredientes y sazonar los cortes.

Pueden ser de gas, leña o carbón.

Gas:

Con esta opción nos podemos ver librados de almacenar otros materiales como: leña o carbón, que pueden llegar a ser complejos y sucios si se cocina en espacios pequeños.

Se puede variar la temperatura (baja o alta) regulando, fácilmente, la potencia de los quemadores.

Se puede ajustar la altura de la parrilla (normalmente cuentan con dos niveles)

  • Ventaja:

Una más rápida y limpia preparación.

  • Desventaja:

No se obtiene el mejor sabor de la carne. Dejando probablemente insatisfecho al paladar exigente.

Eléctricas:

Esta opción solamente será usada cuando, ninguna de las anteriores, sean posibles.

El resultado se asemejaría a una plancha caliente.

Carece del efecto del brote de líquido y el ahumado que las otras parrillas proporcionan.

Algunas cuentan con tipo grilla, una superficie rugosa que permite marcar la carne, funcionando como los fierros redondos o en “V”.

Ahora solo falta el parrillero para llevar a cabo la magia.

Selecciona cualquier parrilla y comienza a sazonar esas carnes… que ya tengo hambre.

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